Control obrero en la Albania socialista.

Vasil Mitrushi, miembro del Consejo General de las Uniones Profesionales (sindicatos), define el Control Obrero como “un instrumento para defender el socialismo de los elementos de degeneración, especialmente el liberalismo y el burocratismo”. El objetivo principal, segundo el obrero metalúrgico Hilmi Pilaca, que trabaja en una fábrica de hilos de cobre en Shkodra, “es el de defender el socialismo de cualquier influencia que no sea socialista”.

Pilaca era miembro de uno de los grupos permanentes de Control Obrero de la fábrica en que trabaja. Los grupos son elegidos cada seis meses, “para no crear el hábito” y solo tienen jurisdicción en su sector. Una decisión del grupo debe ser cumplida hasta por la dirección de la empresa, informa el obrero. Pero hay grupos que son creados para tareas específicas y serían comparables, aunque sea una mala comparación, a las comisiones de investigación que a veces son formadas en Brasil.

El propio Hilmi Pilaca había participado, meses antes, en un grupo formado para investigar irregularidades en una cooperativa. El grupo concluyó que el presidente de la entidad era responsable por el descuido con la labranza, que llevó a la perdida de buena parte de su cosecha de trigo. Entonces, pidió al Comité Regional del Partido la destitución del presidente de la cooperativa, lo que ocurrió de inmediato.

En las fábricas, los grupos de Control Obrero tienen la función de fiscalizar, incluso, a los propios obreros. Por ejemplo: si un obrero no cuida correctamente de la máquina con la cual trabaja, es función del grupo discutir con él. Si, por un supuesto, él estuviese dañando la máquina a propósito y, si después de la discusión continua haciéndolo, se pide a la entidad a la que esté ligado (partido, sindicato, organización de las mujeres, etc.) que interceda y vea lo que está sucediendo. La discusión puede llegar hasta la familia de él. En caso, de que después de todo esto, el problema persista, el grupo pedirá la transferencia del obrero para una función en la que él no pueda romper máquinas.

Este es un ejemplo hipotético y extremo, pero puede dar una idea aproximada de cómo funcionan estos grupos en las fábricas, cooperativas, haciendas estatales, etc. Sadie Berberi, obrera metalúrgica elegida para formar parte de uno de esos grupos, con mandato de seis meses, opina:

– Creo que es fundamental el control, no solo para hacer todo más fácil en la vida de los obreros. En lo que se refiere a las cuestiones de disciplina, es mucho mejor que nos controlemos unos a otros que tener un control que venga de arriba.

Por el contrario, de esta forma los obreros controlan la dirección de las fábricas; en una fábrica que visité, días antes el grupo de Control Obrero había decidido ver como andaba el trabajo en la administración. Entró en las oficinas y pidió a los funcionarios ver la producción del día. Resultado: siete de ellos tuvieron un día de salario descontado, porque el grupo consideró que no habían hecho nada para merecer el dinero, en aquel día.

En las cooperativas, los grupos tienen características un poco distintas y se llaman “comisión de revisión”. Los miembros de una de estas comisiones no pueden formar parte de la dirección de la cooperativa y son elegidos por todos los campesinos. En una cooperativa que visité, un campesino había discrepado de las cuentas del jefe de su brigada al remunerar su trabajo y, después de discutir, sin resolver su problema, recurrió a la comisión, acusando al jefe de persecución. La comisión constató que, de hecho, las cuentas estaban equivocadas y mandó pagar al jefe. En cuanto a la persecución personal, concluyó que no existía. Si tuviese llegado a la conclusión de que existía dicha persecución, el jefe de la brigada sería destituido.

Para llegar a la práctica en que se encuentra hoy, el Control Obrero albanés tuvo que superar algunos obstáculos. En el inicio de la década de los 60, el Partido del Trabajo, resolvió atacar a la burocracia, pues constatara que, entre otros problemas, habían sido creados cargos de la administración para satisfacer aspiraciones de los funcionarios. La posición del Partido, expuesta entonces en un discurso de Enver Hoxha, era la de que la burocracia retira el poder de las manos del proletariado. No sería, por lo tanto, un problema simplemente administrativo si no una grave cuestión de ámbito ideológico.

Se inició en el país, entonces, una gran discusión en torno a cómo combatir las tendencias ideológicas contrarias al socialismo que surgían en todos los sectores de la vida en Albania. En 1967, se inició la formación de grupos de Control Obrero, pero ellos adolecían de un problema fundamental, según me explican personas que participaron activamente en aquel proceso. Los grupos estaban coordinados o incluso compuestos de intelectuales.

– Nosotros teníamos la compresión teórica del problema – me explicó uno de ellos – pero nuestra concepción era equivocada. Primero, porque considerábamos que los obreros no reunían las condiciones para realizar ese control. Creíamos, por ejemplo, que para saber lo que está errado en una administración era necesario saber contabilidad, etc. Estábamos engañados.

Había también, los que creían que, siendo el PTA un partido marxista-leninista – y, por lo tanto “vanguardia organizada de la clase obrera” – todos los controles tendrían que ser realizados por esta organización. Triunfó, sin embargo, la posición de que esta concepción reducía la participación de las masas obreras en los problemas del día a día y en el control de las actividades del Estado.

Los grupos de Control Obrero que funcionan en las fábricas, cooperativas o haciendas estatales están formados por obreros o campesinos que trabajan en el propio local. Los creados para tareas específicas, están formados por obreros, campesinos y trabajadores de otras categorías, escogidos en las propias regiones de actuación. En ambos casos, los miembros no necesitan ser afiliados al Partido.

para leer más, consultad la fuente: http://forocomunista.org/viewtopic.php?f=51&t=232

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